miércoles, 11 de mayo de 2011

Neorrealismo Italiano

No fue hasta después de la guerra mundial cunado comienzan a aparecer una serie de
corrientes rompedoras.

El Neorrealismo italiano es el fenómeno que inaugura el comienzo de esta modernidad cinematográfica. Eclosiona en los años 40 con el fin del fascismo y de la ocupación nazi en Italia, en medio de una situación política bastante caótica.

Esto marca una drástica mutación de la vida cotidiana y social italiana sumándose a una estrategia de la reconstrucción de la identidad nacional italiana tras 23 años de fascismo. La lógica histórica de esta eclosión tiene que ver con la utilización del cine como vehiculo para reconstruir la identidad nacional de la Italia de posguerra tras 23 años de fascismo.


El neorrealismo marca una ruptura decisiva con toda la producción cinematográfica anterior. Obviamente, los 23 años de dictadura fascista dieron lugar a un cine propagandístico de acuerdo siempre con el ideario del régimen.

El neorrealismo tiene enormes ansias de representar la realidad que durante la dictadura estuvo oculta.


Estudios "CineCittà"
La Cinnecittà son unos estudios cinematográficos a las afueras de roma, inaugurados en los años 30. tras la guerra, habían sido desmantelados convirtiéndose en campo de refugiados. Con el desmantelamiento de la industria cinematográfica y la situación de caos político, se produce una especie de vacío que favorece que muchos cineastas se encuentren con una enorme libertad de creación. Los cineastas tienen que vérselas también con los pocos recursos. 

Frente al pomposo y grandilocuente cine fascista, aparece este nuevo cine que relata micro historias de personas cotidianas que vivían en la Italia de posguerra en condiciones paupérrimas. Se trata de reproducir la realidad de la manera más fidedigna posible, sin paños calientes, sin mediación del artificio cinematográfico. Por eso una de sus características es la utilización del formato documental.


Esto hace que este cine tenga unas características muy concretas:
- Rodaje en exteriores naturales. Nunca se rueda en estudio, entre otras cosas para captar de manera mas veraz esa realidad que se quiere reproducir.
- Utilización de actores no profesionales, personajes anónimos de la vida cotidiana
- Minimización al máximo de iluminación artificial. Se trata de optimizar la luz natural y minimizar todo aquello que sea propio del artificio cinematográfico. (Por ejemplo, el montaje se trata de reducir a su mínima expresión)
- Cine neutro, muy sobrio. No tiene unas marcas de estilo grandilocuentes sino que pasa desapercibido, para reproducir esta realidad.


A estas características que conforman el estilo del neorrealismo italiano se le ha denominado como “Estética del rechazo”. Engloba todas estas medidas para alcanzar la realidad de la manera más directa posible, captar la realidad como un documento social. Esta estética del rechazo nos permite hablar de un arte pobre cinematográfico, que, en un principio, tenía que ver con la escasez de recursos.


Nace con un impulso utópico y bastante político; en líneas generales buscar intervenir en esa realidad tratando transformar la sociedad.


La película que inaugura la eclosión de neorrealismo es “Roma, Citta aperta” de Rosselini.

Rodada en 1945, justo tras la liberación de Italia en unas condiciones muy precarias, la película recrea algunos acontecimientos reales que ocurrieron durante la ocupación; los avatares de unos personajes que durante la ocupación luchan por una causa común.

La película marca un antes y un después en la historia del cine mundial, ya que la cámara cinematográfica se centra en las micro historias de las personas que sufrieron la ocupación alemana. Esta rodado en formato de crónica documental.


Esta película inaugura la trilogía Neorrealista de Rosselini. Más tarde vendrían “Paisá” (Camarada, 1946) y Germania Anno Zero (Alemania año cero, 1947).

A partir de los 50 se comienza a hablar del comienzo del fin del neorrealismo. A pesar de la recuperación económica, no se sutura la brecha entre las clases privilegiadas y las más pobres. Esto provoca una crisis que pone fin al mito o ideal de la solidaridad humana; las clases más ricas continúan ajenas a la pobreza de las clases más desfavorecidas.

Además en el año 48 llega al poder la democracia cristiana, y se pone al cargo de la política cinematográfica a Giulio Andreotti que activa un plan estratégico de rescate de la industria cinematográfica italiana, poniendo en marcha un sistema de subvenciones que esconden una especie de censura subterránea en detrimento del neorrealismo. La razón se encuentra en el hecho de que el neorrealismo había conseguido gran proyección internacional y la imagen de Italia que estas películas vendían al exterior, no interesaba a las esferas políticas.


"Ladrón de bicicletas" (Vitorio de Sica, 1948)

El ladrón de bicicletas cumple todos los principios del neorrealismo. Bazin habla de una denegación o rechazo de los recursos propios del espectáculo cinematográfico.

El historia es tratada como “accidente” de la vida cotidiana. El neorrealismo no pretende confeccionar historias similares a la realidad, sino realizar un tratamiento de la realidad como historia o argumento cinematográfico; la propia realidad puede ser objeto de este espectáculo.

“Ladrón de bicicletas“ parte de una situación de la realidad cotidiana enmarcada dentro de una coyuntura social específica. En este sentido, se convierte en un documento social de época sobre la condición obrera en la Italia de posguerra. Como ya hemos dicho, lo relevante no es el acontecimiento en sí. Lo que imprime el drama al robo de la bicicleta es lo que esa pérdida implica para el protagonista: el paro, condenándole a la miseria; es el drama social-individual de un obrero que se pierde en la burocracia cuando acude a denunciar el robo e intenta que alguien comprenda el drama que supone para él no recuperar su bicicleta.
La tesis social que se extrae es que la pobreza en la que vive el obrero hace que se tengan que robar unos a otros.

Bazin habla de dos dimensiones en el personaje de Bruno: social y moral. Estamos ante un drama social que se cuenta desde la intimidad de la relación paternofilial, entre el obrero y su hijo.

En este filme también se aprecia como se empieza a romper la causalidad narrativa del cine tradicional. Determinadas situaciones no se rigen por el esquema de causa-efecto, sino por el azar. La casualidad narrativa fue introducida por la necesidad de mostrar lo arbitrario de las situaciones cotidianas y constituye uno de los grandes rasgos de este cine moderno
Otro de los rasgos del neorrealismo que se reflejan en este filme es la actuación de actores no profesionales. De Sica elige al pequeño Bruno en un casting por su forma de caminar y es que, como se puede apreciar, la cámara se detiene en muchos momentos en el caminar de los personajes.

La puesta en escena esta exenta de rodaje en estudio. Los planos son neutros para realzar el propio acontecimiento sin artificios. Los acontecimientos hablan por sí mismos, no necesitan añadidos estilísticos. Estamos hablando de un estilo “sin estilo”. Bazin habla de que “no hay puesta en escena”, es un estilo que tiene que pasar desapercibido.

El tratamiento específico del tiempo realiza una nueva cosmovisión del tiempo (imagen-tiempo). Es un tratamiento “a tiempo real”, tratando de respetar la duración natural de los acontecimientos. El montaje es uno de los recursos que más tienden a mostrar un tiempo dramático artificial, por lo que se reduce a su mínima expresión.



“Umberto D" (Vitorio de Sica, 1952)
Representa una situación sin elipsis.
El tiempo se fragmenta, una especie de zoom temporal que comienza con la escena de la criadita realizando sus actividades cotidianas. Ella está absorta en sus pensamientos (va a ser madre soltera). Gilles Delveze habla de cómo a través de una serie de imágenes se nos muestra a la mujer en actitud pensante.
También aparece la propia criada en actitud observadora (a través de la ventana), en actitud de espectador.



                       

 “Roma, ciudad abierta” (Roberto Rosselini, 1945) 
Primera película antifascista dirigida por Rosselini, apenas 2 años después de su último largometraje fascista, ya que trabajó varios años al servicio de Mussolini, realizando diversos filmes propagandísticos.
Esta película inaugura su trilogía Neorrealista. Más tarde vendrían “Paisá” (Camarada, 1946) y Germania anno zero (Alemania año cero, 1947).
Existe una representación antagónica de los cuerpos (el cuerpo de las SS y el Manfredi, que desprende humanidad).







“Alemania Año 0” (Roberto Rosselini, 1948)
Situada en la posguerra.
Encontramos cierta Iconografía cristiana. Los últimos minutos del filme parecen ser el “via crucis” del protagonista hasta que este último, acaba mueriendo.







- Ruptura del M.R.I.
- Cambio en la causalidad a la casualidad narrativa
- Introducción de la anécdota y lo arbitrario
- Paso de la imagen acción a la imagen tiempo
- Representación de la vida cotidiana
- Rechazo a los artificios de estilo
- Fractura en el efecto diegético: reflejo y distanciamiento del espectador (metalingüistico)
- El artificio del montaje se lleva a su mínima expresión

No hay comentarios:

Publicar un comentario